Pero el problema es aún más grave. Porque
Re/tratos
de la Re/vuelta, publicado en 2010, es la versión editada de la tesis de
doctorado en la Facultad de Filosofía y Letras de Boris Berenzon,
“El discurso del humor en los gobiernos ‘revolucionarios’”, cuyo comité asesor estuvo integrado por
Gloria Villegas (actual directora de la Facultad), Álvaro Matute y Helena
Beristáin.
El texto es el mismo, los
plagios son los mismos.
Por si no fuera suficiente, el libro de Boris
Historia
es inconsciente, publicado en 1999 por el Colegio de San Luis (incidentalmente,
años en que Boris dobleteaba plaza de tiempo completo: fue coordinador del
posgrado de ese centro y también profesor de tiempo completo de la Facultad de
Filosofía y Letras) también es producto de extensos plagios. En
este cuadro se
evidencian varios, algunos muy extensos:
Nuevamente, el problema es más grave, porque
Historia
es inconsciente es la versión editada de la tesis de maestría de
Berenzon, llamada “Robert Darnton Peter Gay, una perspectiva historiográfica
del inconsciente colectivo”, de la cual también fue asesora Gloria Villegas.
Entrada de “Robert Darnton Peter Gay, una perspectiva historiográfica
del inconsciente colectivo” en TESIUNAM
Con todo esto, el fraude académico realizado por Boris
adquiere nuevas y mayores proporciones. El
ausentismo
que caracterizó durante más de una década su práctica docente es
peccata
minuta: apenas la punta del iceberg de una trayectoria de estafa y deshonestidad
que hacen inválida no sólo su plaza de profesor en la Facultad, sino también,
más allá de cualquier duda, su adscripción al Sistema Nacional de
Investigadores y, hasta ahora, sus títulos de maestría y doctorado en historia,
ambos obtenidos en el posgrado de Filosofía y Letras.
Durante al menos quince años Boris Berenzon ha vivido
cómodamente cobrando nómina y estímulos de instituciones públicas, regalías de las
editoriales que publican sus plagios y honorarios de quienes lo entrevistan,
piden su colaboración o lo invitan a un evento académico.
Quince años de viajar por el mundo, prestigiar su nombre anteponiéndole
su grado académico, ser citado y promovido en
La Jornada (
2002)
(
2003)
(
2004)
(
2005)
(
2007)
(
2009) (
2011).
Quince
años es bastante tiempo. No queda más que reconocer que se está frente a un estafador
de los buenos, caray.
Esta fulgurante trayectoria es debida a su astucia, cualidad
que le ha permitido aprovechar todos los errores, contradicciones y problemas
del sistema académico mexicano en su favor. Pero tal vez la explicación esté
incompleta, tal vez nos falten algunas variables para dar cuenta del fenómeno,
de la persistente indolencia y complicidad de todos los que tendrían que
haberla evitado, investigado y sancionado ¿o ustedes qué opinan?